En el complejo mundo de la planificación sucesoria, dos términos que a menudo se entrelazan pero que tienen significados distintos son «testamento» y «herencia». En este post, exploraremos las diferencias clave entre estos conceptos, destacando cómo ambos afectan la distribución de bienes y el legado que dejamos atrás.

Entendiendo las Diferencias

Testamentos: La expresión de tus deseos
Un testamento es el documento legal donde expresamos nuestros deseos sobre cómo queremos que se distribuyan nuestros bienes después de nuestro fallecimiento. Es una herramienta valiosa para garantizar que nuestras intenciones sean respetadas y que nuestros seres queridos y las causas solidarias que valoramos reciban lo que deseamos legar.

Herencias: la distribución de bienes
La herencia, por otro lado, se refiere al proceso de distribuir los bienes de una persona después de su fallecimiento. Este proceso seguirá las directrices establecidas en un testamento o, en ausencia de éste, seguirá las leyes de sucesión del país o región.

Consideraciones Clave

Es crucial entender que, mientras un testamento permite expresar preferencias y deseos específicos, la herencia es la aplicación práctica de esas preferencias. Ambos aspectos son fundamentales en la planificación sucesoria para asegurar que la transición de bienes se realice de manera eficiente y de acuerdo con las intenciones de la persona.